errores en baile de salon

9 Errores de Baile Que No Debes Cometer

May 13, 202410 min read

Bailar ayuda a oxigenar el cerebro, drenar estrés y mejorar la resistencia cardiovascular. Pero si a bailes de salón nos referimos, tenemos la ventaja de socializar, evitar el pánico y soltar la timidez además de los antes mencionado.

Los bailes de salón sean latinos o internacionales son divertidos, fluidos y dinámicos y al practicarlos con frecuencia mejoramos nuestra soltura corporal y estado de ánimo.

Para algunos bailar es algo que nunca se habían planteado anteriormente. ¿Por qué? ¡Fácil! Hay personas que sin intentarlo llevan la negatividad por delante y en lugar de dejarse llevar piensan en cuantos errores pueden cometer en cada canción o cuantas posibilidades existen que arruinen su oportunidad de bailar con esa persona.

A veces, nos cohibimos de intentar algo nuevo por miedo a fracasar, pero nos perdemos de un sinfín de aprendizajes y experiencias por decir que no sin intentarlo. Por eso, hoy traigo para ti una lista de 9 errores comunes que debes evitar en la pista de baile. Tómalos en cuenta pero no enloquezcas con ello, solo deja que la música te lleve.

Recuerda que el punto de bailar es disfrutar el momento, aun siendo un profesional si te tensas demasiado pensando más de la cuenta los pasos no saldrán para nada fluidos y eso se notará como que no tienes idea. Así que disfruta.

Los bailes de salón, oficializados y aceptados como los conocemos hoy, nacieron a mediados del siglo XVI. Surgieron por la necesidad de una sociedad de socializar con personas del sexo opuesto, aunque para la época de nuestros ancestros, eso era muy poco común, prohibido y castigado.

Mostrar una pareja que hacía contacto físico y visual era una atrocidad, pero algo que tenía que hacerse para que la vida humana evolucionara.

Fue así como el Vals se abrió paso desde los suburbios y barrios bajos, desde la plebe y los menos afortunados para colarse en los salones de los castillos contagiando a la nobleza.

Estos bailes crearon un lenguaje universal sin intentarlo. Hoy puedes ir a Latinoamérica a bailar el mismo Vals que nació en Viena, moverte a Francia y presenciar una exhibición de Salsa o a los Estados Unidos a bailar Paso doble. Y en cualquier rincón del mundo podrás observar todos los bailes de salón que ya conoces y que culturalmente conservan su esencia.

¿Nunca te ha pasado que ves a una persona en una disco, te acercas para conocerla y resulta que no hablan el mismo idioma? Sé que es curioso, pero el modo de socializar en este caso es bailando. Y puede pasarte si sales a un club nocturno en una ciudad concurrida de turistas.

Incluso, si no sabes cómo iniciar una conversación con alguien importante para ti o que ha captado tu atención, o simplemente consideras que no eres de esas personas que son buenas hablando, saber bailar en pareja podría sacarte de aprietos.

En la antigüedad de hecho era una especie de ritual, que en algunos países hoy en día todavía se lleva a cabo con diferentes fines.

En fiestas de quince años o dulces dieciséis en Latinoamérica y Estados Unidos, se celebra lo que antiguamente era la presentación en sociedad de la chica en esa edad. Para ellas era darse a conocer, para ellos la oportunidad de conocer e impresionar a su candidata a futura esposa.

En Estados Unidos, los bailes de graduación y en todo el mundo el Vals de los novios.

Como ves, los bailes de salón tienen gran importancia a nivel histórico y cultural. No es para menos que en la actualidad sean considerados una disciplina deportiva.

Es por eso que te recomiendo recordar los siguientes puntos, para que te luzcas con orgullo o al menos seas recordado de un buen modo luego de tu siguiente salida a la pista de baile.

1. Bajar la mirada

Muchos cometemos este error cuando damos nuestros primeros pasos en la pista, por ello hago énfasis en practicar. Como principiantes, tendemos a mirar nuestros pies y sentirnos inseguros sobre donde moverlos o tememos pisar a nuestro compañero.

bajar la mirada mientras se baila

En primer lugar esto nos tensa y nos lleva a ser el caso opuesto del siguiente punto: demasiado rígidos. En segundo lugar, si practicas lo suficiente desarrollarás algo llamado “memoria muscular”, esto te ayudará a sentirte seguro dentro y fuera de la pista digo, te has lavado los dientes dormido sin meter el cepillo en tu ojo –es lo mismo-.

Esto perjudica tu postura y no te permite conectarte adecuadamente con tu pareja. Trata hacer algo de contacto visual, puede parecer intimidante al principio pero te ayudará a “sentir” hacia donde moverá tus pies tu cabeza en lugar de andar pensando tanto.

2. Poner “brazos de fideos”

Esto es fatal tanto para líder como seguidor y como consecuencia suele perderse la línea del baile. En el primer caso, cortas la comunicación con tu compañero y reduces las posibilidades de que sepa hacia donde le estás llevando. En el segundo, dejarse guiar es muy diferente a pedir que te arrastren por la pista.

Un poco de firmeza en los brazos es lo ideal, lo suficiente como para que te hagas presente para tu pareja pero no como para que tenses el baile.

Existe un punto medio que puedes obtener a partir de un ejercicio muy simple: colócale frente a un muro, levanta tus brazos frente a ti, coloca las palmas de tus manos en la pared e inclínate ligeramente hacia adelante desplazando tu peso hacia la pared –como si fueras a hacer flexiones-. Esto te aportará resistencia y fuerza para que puedas mantener los brazos a la altura adecuada y con la firmeza buscada durante todas las canciones que bailes.

3. Levantar los hombros

Esto es causado más que todo por estrés y ansiedad y sale a flote cuando te concentras en tus pies, brazos, el ritmo de la música, la línea del baile, lo que piensa tu pareja y otras mientras bailas.

Es normal que esa tensión nos vaya recorriendo la columna y al no ser liberada y seguir creciendo se vea reflejada en nuestros hombros que se tensan y suben hacia las orejas, generándonos una uy extraña, incómoda y dañina postura y dejándonos con dolor de espalda después del baile en lugar de lindos recuerdos.

Así que relájate y respira por un momento, toma una bocanada de aire bien grande y libera esa tensión al exhalar. Esto hará que tus hombros desciendan, tu cuello se alce y te veas más esbelto y confiado.

4. Dar pasos demasiado largos

Esto es perfectamente normal, sobre todo si tienes piernas largas o tuviste algún maestro que repetía demasiado “exagera los pasos” hasta

no des pasos demasiado grandes mientras bailas

que creaste esta maña.

Estirar demasiado las piernas te corta el movimiento haciendo que parezca forzado, no te permite llevar el ritmo con facilidad ni te deja balancearte con la gracia que buscas. De hecho, este es uno de los motivos por los cuales ocurren los pisotones: estiras mucho cada paso, tu pareja trata de llevarte el ritmo y en su movida fuera de cuadro crea un desagradable encuentro colocando su pie bajo el tuyo o viceversa.

Trata entonces de irlos acortando poco a poco, hasta que sientas que puedes moverte con gracia y balancearte al ritmo de la música sin mucho estrés.

5. Sentirse frustrado

A veces, durante la clase o incluso en la pista de baile nos sorprendemos a nosotros mismos repitiendo el mismo paso una y otra vez buscando perfeccionarlo. Pero existen algunos pasos que son más complejos y requieren de mente, entendimiento, comprensión, coordinación y mucha práctica para lograrlos.

Al vernos enfrascados en uno de este tipo y encontrarnos con que nuestros compañeros ya lo sacan a la perfección, nos llega una molesta voz a la cabeza con la intención de hacernos desistir.

Cuando esto suceda, respira, toma un descanso y un trago de agua, cálmate y relájale por un segundo. Luego vuelve a la pista cuando te hayas despejado, quizás en ese punto te sea más sencillo.

6. Irrespetar la línea del baile

La línea, el ritmo y los tiempos son importantes para que la comunicación con tu pareja fluya con facilidad. Recuerda que cada estilo de baile tiene su estilo de línea y el llevarla acorde te permitirá llevar la música y a la hora de la verdad en la pista, evitará que andes chocando a otras parejas.

Solo imagina que tienes la línea marcada en el suelo donde te posicionas con tu compañero, esto te ayudará a crear un recuadro imaginario que les permitirá tener su pedacito de la pista privado, como bailar en una burbuja. De este modo, otros bailarines respetarán tu espacio y en cierto modo influirás en mantener el orden en la pista.

7.Pensar demasiado durante el baile

Tu cuerpo dice todo aunque tus labios no se muevan. Si te sientes incomodo tu pareja podrá notarlo aunque no le digas nada. Si piensas demasiado o tienes la mente en otro sitio, puede que te veas parado en alguno de los primeros cuatro puntos de esta lista.

Bailamos para disfrutar, socializar y pasar un buen rato, no para amargarnos la vida y la de los demás. Así que durante el baile, aunque sea mientras estés dentro de la pista como tal deja tus problemas y complejos afuera. Todos tenemos preocupaciones en mente pero mientras más atención les demos menos poder tendremos sobre ellas. Olvida todo mientras bailas.

8. Dejar a tu pareja en la pista de baile (baile social)

Esto es etiqueta de pista de baile y está muy mal visto en cualquier entorno en que se haga. Es literalmente como estar en medio de una conversación con otra persona y que mientras él o ella intervienen, te levantes y te marches.

Queda tan mal como entrar a la pista a sacarle conversación a alguien que está bailando con su compañero.

Lo ideal es que si quieres conversar con tu pareja, ambos dejen la pista de baile y vayan al lugar dispuesto para ello (mesa, barra, zona de sillas…).

Si el caso es que te sientes incómodo bailando con tu pareja o simplemente no es lo que esperabas, solo sonríe y espera un poco que la mayoría de los bailes duran unos pocos minutos, luego retírate educadamente o dirígete junto a esa persona hasta afuera de la pista y luego te retiras. En el caso de los caballeros, generalmente recogen a su chica de su asiento y lo adecuado sería acompañarle de regreso antes de retirarse.

Dejar un baile a medias o ser poco educado a la hora de abandonar la pista o rechazar una invitación para bailar es de muy mala educación, puede hacerle la noche a la otra persona en un mal sentido y reducirá notablemente tus posibilidades de bailar con alguien más al menos en el mismo baile.

9. Bailar a un nivel diferente al de tu compañero

 Algunos tenemos tiempo bailando y otros no tanto. Pero ¿qué pasa cuando tú estás impaciente por intentar esa vuelta avanzada y terminas bailando con un principiante? Repito: la mayoría de las canciones duran

no bailes a un nivel diferente a tu compañero

solo un par de minutos.

El buscar sorprender a alguien en la pista puede tornarse incómodo si no están al mismo nivel y si tú eres el que tiene ese nivel de adaptación entonces úsala para el bien.

Evita a toda costa ponerte en los pies de un profesor en la pista social. Criticar o dictar órdenes a tu compañero podría ponerlo en dificultades físicas y mentales que harán del baile un infierno para ambos.

Pasos más sencillos, giros más lentos y sobre todo paciencia y una sonrisa amable animarán a esa persona a querer seguir bailando y aprendiendo y tú no disfrutarás menos tu noche por ello. Toma en cuenta que tú también fuiste un principiante y en la pista social el objetivo es divertirse.

Recuerda que se trata de conectar con el otro, socializar y pasar un buen rato. Dale motivos a los demás para querer invitarte a bailar o buscar conocerte mejor. Ten en cuenta que una buena higiene personal tomará parte importante en este juego.

Una pareja relajada, divertida, simpática, considerada, que sabe bailar y además huele bien. ¡Eso sí impresiona!

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